Descripción
Tengo que empezar por decir que el autor no sólo es un distinguido juez de la República, sino que fue mi más brillante alumno en el posgrado de Derecho Procesal Penal de la Universidad Libre de Colombia, por lo que, para quien esto escribe, no fue ninguna sorpresa la extraordinaria obra con la que ahora nos deleita.
A lo largo de la misma, hace un sesudo, pero conciso y puntual recorrido por la teoría del delito, a través de las diferentes doctrinas y escuelas penales, con relación al tema propuesto, para luego adentrarse en sus aspectos específicos, partiendo del fin del derecho penal como protector de bienes jurídicos, del desvalor de resultado como fundante del injusto y la falta de autonomía del desvalor de acción frente a aquel, y del concepto de antijuridicidad desde la perspectiva constitucional y frente al artículo 11 del Código Penal, para luego analizar la naturaleza de los llamados delitos de peligro abstracto o presunto, su diferencia con los de lesión y con los de peligro concreto o demostrable, sentando premisas como la de que en aquéllos el peligro concreto o demostrable, sentando premisas como la de que en aquéllos el peligro se presume de derecho, presunción que estima inadmisible frente a la Constitución, al artículo 11 del Código Penal y a la presunción de inocencia, pues ello equivale él afirmar que en este tipo de reatos basta probar que la conducta es típica para que se presuma antijurídica, esto es, que puso en peligro efectivo el bien jurídico tutelado, por lo que trae a colación autores que han sostenido que tal clase de comportamientos deben ser proscritos de la legislación penal, por no satisfacer las exigencias del principio de antijuridicidad material.
De todos modos, después de un pormenorizado y conceptuoso estudio de las diferentes posiciones jurisprudenciales y doctrinales, concluye que si el fundamento de tal clase de conductas es el peligro efectivo para el bien jurídico, es ilegítima la condena penal por ellos, si no se demuestra, en cada caso, que el peligro existió.